El «Eurovisión» de la Innovación
España ocupa el puesto 23 en el Indicador de Innovación de la Unión Europea y sus socios comerciales.
Puesto 23 de un total de 35 países. Es decir, y como en tantas ocasiones, en la parte baja de la tabla, o mejor dicho, en “nivel medio bajo”, junto a República Checa, Grecia, Malta y Rumanía. Esto, según las estimaciones de la Unión Europea para 2011. Muy pronto se dará a conocer el nuevo ranking, y ¿dónde estaremos? Ojalá que en el nivel de “muy buenos”…. Pero a juzgar por la escasa inversión en I+D y otros efectos de la crisis, todo apunta a que nos quedaremos como estamos, con un poco de suerte.
Sin embargo, es importante que tengamos en cuenta este indicador, (donde cada país recibe una puntuación como en el festival Eurovisión) que es bastante más que una fría cifra para componer un gráfico y dar que hablar durante unos días. Las políticas de innovación son y serán aún más importantes en los próximos años, para la influencia y la posición estratégica en la economía mundial. Y ahí, Europa no quiere perder comba.
Por ello, la Unión Europea ha reforzado ese compromiso aprobando este nuevo indicador sobre la innovación, que se basa en variables como:
- Número de patentes para medir la innovación tecnológica
- Empleo en actividades intensivas en conocimiento y empleo en empresas de rápido crecimiento de sectores innovadores
- Competitividad de los bienes y servicios intensivos en conocimiento.
- Calidad de los datos y robustez de los resultados.
Con todos estos ingredientes se ha establecido el “indicador de resultados de la innovación”, que forma parte también de la llamada Estrategia Europa 2020 para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador. Uno de los objetivos es promover el I+D, con el fin de aumentar los niveles combinados de inversión pública y privada en I+D hasta el 3% del PIB.
Sobra decir que la innovación es un pilar fundamental de cualquier sociedad. Lo difícil es impulsarla, y mantener el ritmo de inversión. Los últimos datos del INE apuntan a que en España, tristemente, la inversión en I+D ha retrocedido a niveles de 2007. En 2012, el gasto en I+D fue de 13.392 millones de euros, lo que representa una caída del 5,6% respecto al ejercicio anterior.
Para remar en la misma dirección y “hacer frente” a las grandes potencias como Japón o Estados Unidos, la Unión Europea ha fijado ahora este indicador de resultados de la innovación con el fin de reducir la brecha entre los países europeos e impulsar aquellas ideas novedosas que nos permitan situarnos a la cabeza en la economía mundial. Aún nos queda un buen trecho para alcanzar a las economías más innovadoras del mundo y acabar con las desigualdades en esta materia dentro de Europa:
- Los datos hablan por sí solos. Japón, Suecia, Alemania e Irlanda son los cuatro países que lideran este ranking de innovación. Estados Unidos ocupa el puesto 11, y seguidamente se sitúa la media de la Unión Europea, donde la innovación ha crecido gracias a las actividades intensivas en conocimiento.
- Reino Unido y Francia se encuentran entre los primeros diez países en este estudio sobre innovación. Italia también sale mucho mejor parada que España. Y los peores resultados se obtienen en Polonia, Croacia, Portugal, Letonia, Lituania y Bulgaria.
Parece que este indicador será el que guíe a Europa y a sus estados miembros en el desarrollo de sus políticas de innovación. Sin embargo, y como en todo, hay voces discrepantes, que consideran que es inadecuado, que puede conducir a errores de interpretación y, por tanto, a la aplicación de políticas contraproducentes, sobre todo, a la hora de medir las solicitudes de patentes. Así al menos se expresa en este artículo.
Mientras Europa intenta potenciar las políticas en innovación, las empresas hacen su propio esfuerzo. Y así siete empresas españolas ya están en el ranking de las mil empresas que más gastan en innovación. Están entre las 1.000 más innovadoras del mundo. Algo es algo, pero muy poco todavía…
ELENA GONZÁLEZ
TrocoBuy Communication Manager
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